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Columna, Mujer

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El próximo 26 de agosto, en el Civitas Metropolitano, tendrá lugar el evento más importante del rugby español de los últimos años: un histórico partido de rugby entre las selecciones absolutas española (Los Leones) y argentina (Los Pumas). Ambos equipos vuelven a enfrentarse, 30 años después, con motivo del centenario de la Real Federación Española de Rugby. Además, para Los Pumas, este será su último partido de preparación y gran despedida de su público antes de embarcarse en el Mundial de Rugby, un evento global que se disputará en Francia y que dará comienzo el próximo 8 de septiembre.

La intrahistoria de este partido hay que enlazarla con otro gran evento. Todo comenzó en mayo de 2022, tras el éxito de The Match, el partido que enfrentó a la selección española de rugby frente a los Classic All Blacks, un combinado de estrellas que formaron parte de la mejor selección mundial y una de las más reconocidas de este deporte, en lo que entonces era el Wanda Metropolitano. Aquel fue el origen, porque no fue hasta enero de 2023 cuando terminamos de pulir todos los flecos con la, ahora, Real Federación Española de Rugby y pudimos lanzar un nuevo The Match, el segundo en nuestro haber y que tendrá, además el privilegio se ser el evento central del centenario de la Federación. Además, aquellas conversaciones tuvieron algo de descubrimiento en cuanto a los actores, ya que, en verano del año pasado, había habido elecciones en la Federación que acabaron con cambios en la presidencia y, por tanto, en la junta directiva. Aunque el nuevo equipo nos conocía del mundo del rugby, al final somos una pequeña gran familia, nunca había trabajado con nosotros y tardamos un poco mas de lo deseado en cerrar lo detalles.

Este lleva siendo mi gran proyecto de este año, el motor de mis alegrías y de mis penas porque, como en todos los proyectos, una se encuentra en una montaña rusa de sentimientos y frustraciones, de lamentos y de éxitos.

Kiwi House, mi empresa, trata de esto, de convertir un partido de rugby en un gran evento deportivo donde la experiencia del aficionado es el eje central del proyecto. Tenemos un único objetivo: llevar al rugby a otro nivel y sacarlo del deporte nicho que es en la actualidad a ser el deporte popular que se merece y que, estoy segura, conseguiremos. Porque todos los enamorados del rugby, incluido el actual presidente de la RFER, creemos que este deporte es un gigante dormido que tenemos que despertar. ¿Va a costar despertar a ese gigante? Por supuesto, pero cuando lo consigamos ¡va a ser una locura!

Me llamo Mirella Ruiz León y soy socia fundadora de Kiwi House Rugby. Mirella con dos “l” porque cuando nací, en el 75, a mi padre le costó mucho trabajo ponerme Mirella sin el María delante o detrás. Le obligaron a escribirlo con elle, como Dios mandaba, y mi padre le dijo al señor del juzgado: “escríbalo usted como quiera, pero la niña se llama Mirella”

Mi trayectoria profesional no está vinculada al rugby: nunca lo he jugado, vi un par de partidos en la universidad de Portmouth, Inglaterra, cuando estudiaba, y poco más. Esto era todo lo que sabía de este deporte antes de cambiar el nombre de mi agencia de marketing y comunicación a Kiwi House Rugby. Mi trayectoria profesional desde que acabé la carrera, allá por 1998, ha estado vinculada al mundo de la agencia de marketing y en especial los grandes eventos corporativos. Bueno, a excepción de dos años que no paré de exportar perfumes de lujo a medio mundo. Esta es mi gran pasión: el marketing, porque soy capaz de disfrutar de cada minuto del proceso, desde el briefing hasta la ejecución. Me gusta el directo con sus riesgos, la adrenalina de ese momento, el coordinar a distintos equipos y hacer que todo funcione y, si algo falla, que el cliente final no se dé cuenta porque, para cuando quiera darse cuenta, nosotros ya hemos encontrado la solución.

Antes del introducirme en el mundo del rugby, ya me había sumergido de lleno entre 200 o 500 eventos corporativos, en rangos que iban desde eventos para 40 personas en plan boutique al puro lujo hasta fiestas de navidad para los 5.000 empleados que Accenture tenia en España en 2.003, replicando un “Operación Triunfo” con conexión en directo de las sedes de Madrid, Barcelona y Bilbao. Mi cliente principal, antes de centrarme en el rugby, era un banco privado que hacia cinco eventos al año para sus mejores clientes donde el detalle diferenciador estaba en la localización (espacios singulares que abarcaban iglesias, monasterios o museos) y que solía incluir un espectáculo de cierre donde subíamos a una violinista a 50 metros de altura sujetada por 50 globos de helio… Bonito y delicado, ¿verdad?

Un día, allá por 2018, fui a ver un partido de rugby de la selección española en Madrid a petición de mi cliente, una marca deportiva de ropa de rugby, y allí vi la oportunidad. El estadio donde jugaban era El Central de la Universidad Complutense. Ahora lo llaman Estadio Nacional, pero el romanticismo que desprende hace que todos lo conozcamos con ese otro nombre. Es una construcción preciosa, patrimonio arquitectónico, pero con muy pocas posibilidades de ser explotado a nivel comercial y poder meter a más de 15.000 personas para hacer crecer la masa social del rugby. Y ahí vi una oportunidad clara: montar eventos de rugby a otro nivel. Había mucho riesgo, es verdad, pero creíamos que merecía la pena.

A partir de ahí, mi socio, que es neozelandés, y yo empezamos a tener conversaciones con New Zealand Rugby, la federación del rugby en aquel país, y trajimos durante dos años consecutivos el producto de la marca mas fuerte del mundo del rugby a España: el All Blacks Clinic. Para los que no estéis muy familiarizados con el rugby, la marca All Blacks es como el Real Madrid al fútbol, o, para no herir suspicacias, como Brasil al fútbol. O Alemania. Es igual, siempre habrá suspicacias. Pero para todos son esos señores vestidos de negro que antes de empezar un partido hacen una haka a su contrincante.

En uno de esos clínic nació The Match ante la necesidad que tenía España de jugar partidos en la ventana de noviembre, un periodo en el cual se celebran partidos internacionales, al haberse quedado fuera de un Mundial por motivos de triste recuerdo para nosotros, los aficionados. Así empezó todo: soñamos a lo grande, buscamos los actores y lo hicimos realidad. Dicho así parece todo muy fácil y, de hecho, he tenido que leer dos veces la frase porque ni yo me lo creo 😊

El primer The Match trajo a Madrid a un combinado de ex All Blacks para jugar contra España. El estadio elegido fue el Wanda Metropolitano. Cuando lanzamos el proyecto, en diciembre de 2019, jamás pensamos que el primer día íbamos a vender 10.000 entradas, ni que en un mes la venta llegaría a 35.000. Tampoco pensamos que una pandemia mundial nos iba a sacudir a todos. En marzo de 2020, vaya mes, teníamos vendidas 37.000 localidades para el gran evento de rugby que todo aficionado estaba esperando…. Pero, madre mía, ¡esta no la vimos venir! Recuerdo un día de enero que Paul, mi socio, miraba con cara rara la televisión y le pregunté: “¿Qué pasa?”. Me contestó: ”Me preocupa mucho el virus este de china”, a lo que yo le respondí: “¿De verdad que me estás diciendo que te preocupa un virus de China cuando tenemos en 3 meses un partido con casi 40.000 espectadores?  Nadie se podía imaginar lo que pasó. Patricia, mi contacto en el Atlético de Madrid, me decía: “Mirella, la Champions no se puede cancelar…. tú tranquila” ¿La Champions? ¡Si hasta se cancelaron los Juegos Olímpicos””

Para nuestra suerte, el fan del rugby es un aficionado fiel y tan solo tuvimos que devolver 12.000 entradas a aquellos clientes que lo solicitaron, mientras que 25.000 se quedaron con nosotros los dos años de parón que el virus nos tuvo sin eventos o sin ellos en su plenitud. Finalmente, y tras dos años de espera, logramos llevar a cabo The Match con 40.000 asistentes, una cifra de récord para un partido de la selección española. Fue un partido único, muy difícil de gestionar… y, por si fuera poco, una vez más la vida nos ponía otro obstáculo a saltar.

El 29 de abril, un mes antes de la celebración del partido, España fue expulsada del Mundial de Francia de este año por enviar una fotocopia del pasaporte de un jugador falsificada. Si, así de fuerte. No voy a entrar en detalles, ya que hay mucha bibliografía para quien desee saber más de un periodo en el que hasta salió en los telediarios. Sí os puedo decir que todos los aficionados de rugby nos quedamos descolocados, con rabia, con frustración, con desilusión… Pero,  ¿os imagináis cómo se sentían los jugadores? No, no creo que os lo podáis imaginar. Consiguieron lo que era literalmente imposible en el terreno de juego, se clasificaron ganando cinco partidos segudios tras superar el fallecimiento de un compañero, el eterno Kawa, y tres semanas después estaban fuera del sueño alcanzado.

El 1 de mayo, Paul y yo nos fuimos a Valladolid a ver el Campeonato de España de Categorías inferiores. Allí estaba Sevi, el que era por entonces el manager de la selección española) y Alvar Gimeno (jugador de la selección), quien, cuando me vio, vino a mi llorando a moco tendido sin parar de decir “no puede ser, no puede ser”. En ese momento, los jugadores se plantaron y no querían jugar ni un partido más representando a España. Lo peor de todo es que yo estaba con ellos, les entendía perfectamente. Compartía al cien por cien la misma rabia que tenían ellos. Después, con la calma, le pudimos dar la vuelta a la situación y hacer de The Match ese partido homenaje a todos ellos, un merecido reconocimiento por lo que habían luchado y los despachos les habían quitado. Creamos un hastag #PorEllos. Y así fue.

Aquel fue un evento lleno de muchas emociones donde todos los aficionados se volcaron con ellos, con los jugadores. En el palco presidencial no hubo políticos ni directivos de la Federación, solo los familiares de los jugadores que se habían dejado la piel durante cuatro años para estar en toda una Copa del Mundo, en el cuarto evento deportivo más seguido del planeta, y se lo habían arrebatado. Ese día yo dije que The Match había sido una tirita para el alma. Así lo sentía.

Casi sin poder descansar, en plena resaca del que había sido el evento más importante de mi vida, me llamó un argentino: “Mirella, la Unión Argentina del Rugby quiere tener reunión con vos” me dijo.

Para nosotros, después de la marca All Blacks, Los Pumas era el siguiente y lógico objetivo. Es verdad que ellos no tienen la haka que hace misterioso el momento, pero en España todos sabemos el número de argentinos que tenemos a nuestro lado, en nuestra convivencia diaria, y por eso sabemos los apasionados y patrióticos que son. Infinitamente más que nosotros. Nos gustaba la idea de traer a Los Pumas a España.

Deportivamente, un partido contra Los Pumas, una de las siete mejores selecciones del mundo, es mucho más competitivo que el partido de los Classic All Blacks, pero, en esta ocasión, el obstáculo que teníamos que saltar era la fecha de celebración del partido. Al ser evento un evento oficial apadrinado por World Rugby, los mandamases del rugby, y que servía de preparación para los argentinos antes de enfilar hacia el Mundial de Francia, nos dieron a elegir dos fechas: el 19 o el 26 de agosto. ¡Horror! Pero no había más remedio: si queríamos tener a Los Pumas aquí era “ahora o nunca”.

En aquel momento barajamos la posibilidad de llevar The Match a una ciudad de la costa, pues es verano y todo el mundo está en la costa, pero, lamentablemente, los estadios que barajamos no tenían capacidad para cubrir los costes del proyecto. Teníamos que poner unos precios de entradas muy alto y no lo veíamos. Así que decidimos que Madrid volvía a ser la opción. El Civitas Metropolitano tiene una capacidad para 60.000 personas, lo que nos permite tener un ticketing de salida razonable y no tener techo a la hora de vender entradas. La fecha que elegimos fue el 26 de agosto, porque, aunque es mala, ese fin de semana contemplamos que serán muchos más los madrileños que vuelvan a la ciudad y, en el otro sentido, muchas personas que viven en la costa puedan ver atractivo un fin de semana en Madrid después de llevar desde mayo en modo verano.

The Match volverá a reunir a los aficionados del rugby español y a los argentinos de Europa en Madrid porque será el partido de despedida de Los Pumas. Tendremos una fan zone donde antes del partido pasarán cosas distintas, con un escenario central con DJ desde las 18:00 y reuniremos a las voces de twitter que siempre están dando difusión al rugby para darlos a conocer, ponerles cara y tener un dialogo abierto con una cerveza en la mano. Porque, y eso es un hecho, el rugby y la cerveza van de la mano y en agosto más. Celebraremos 100 años de rugby con todos los aficionados con actos que no puedo desvelar, porque quiero que sean sorpresa, pero que emocionarán y celebraremos el mejor “tercer tiempo” (ese espacio después de cada partido donde árbitros y jugadores de los dos equipos se hermanan para celebrar el rugby) con asado argentino y ambas selecciones mezcladas con la afición. ¿Dónde se ha visto que los jugadores se mezclen con la afición? ¿Pero no son estrellas?  No, señores, no. Porque de eso va el rugby: de humildad, de compañerismo, de trabajo en equipo.

Cuando un aficionado viene a The Match sabe que lo va a sentir antes, durante y después del partido va a ser totalmente distinto a lo que haya experimentado en otro partido de rugby.

Eso es la esencia de Kiwi House y mi toque femenino en todo lo que hacemos.